El primer viernes del mes de octubre se celebra el Día Internacional de la Sonrisa. La intención de esta celebración no es otra que podamos ser capaces de prestar atención a nuestro estado de humor, tener una actitud positiva y sobre todo para darnos cuenta de las relaciones con los demás y con uno mismo.
Sonreír forma parte de nuestra comunicación, de nuestro lenguaje, no cuesta dinero, relaja el cuerpo, nos libera e incluso se contagia.
Hoy os invitamos, como decíamos al principio del texto, a prestar atención a nuestra relación con los demás y con nosotros mismos. Una sonrisa es una manera poderosa de expresar empatía hacia el otro, podemos escuchar con atención a las personas de nuestro alrededor mostrando comprensión y apoyo.
Una sonrisa es también una herramienta para suavizar desacuerdos, con una actitud abierta y amistosa.
Una sonrisa puede ser también la puerta para hacer nuevas amistades y establecer vínculos. Con nosotros mismos, una sonrisa es un reflejo de la propia autoestima, una muestra de aceptación y de amarnos tal y como somos.
Recordad que una sonrisa no es solo una expresión de nuestra cara, sino un reflejo de nuestras emociones y actitudes hacia los demás y hacia uno mismo.
Como decía la Madre Teresa de Calcuta, cada vez que sonríes a alguien, es un acto de amor, un regalo para esa persona, algo hermoso. Por lo tanto, ¡no esperes más para regalar tu sonrisa!