Alegre y festiva, empática, comunicativa, sociable, trabajadora… Sor Francisca se llevava bien con todos. No escatimaba tiempo para escuchar a quien fuera que necesitara hablar. Mujer de un corazón grande, buena franciscana.
Sor Francisca amaba nuestra escuela de San Francisco y se hacía querer, era una mujer que siempre tenía un sí para dar y una sonrisa para compartir, donde educar y acompañar a los niños y niñas eran su motor de vida.
Nació en Campos (Mallorca), hija de Bartomeu y Andreva, el día 23 de enero de 1936 y ha dedicado 65 años a su vocación religiosa.
En los últimos años ha descansado en la Casa de oración y descanso “Virgen de la Esperanza”, donde sus hermanas la han ayudado y acompañado con todo el corazón.
El pasado viernes 29 de abril su corazón dejó de latir, y Jesús, con tanta fiesta Pasqual, la habrá llevado a las moradas eternas. Descanse feliz.