El pasado viernes, coordinadoras de Pastoral y de Interioridad de nuestras escuelas se reunieron en Pina para realizar un cierre del curso poniendo sobre la mesa todo el trabajo realizado.
El encuentro también tuvo una parte formativa, que llevó a la reflexión y poder vivir y poner nombre de manera individual y grupal a las emociones del momento presente. Una jornada en la que se cuestionó también la importancia de la tarea docente en el día a día con el alumnado, más allá de la parte de contenidos y currículum.
¿Cómo llegamos a nuestras aulas? ¿Qué hacemos antes de empezar la clase? ¿Cuál es nuestro tono de voz? ¿Somos conscientes del grado de agitación, dispersión, motivación de los alumnos?
En definitiva, se dio la oportunidad de poder pensar y darnos cuenta de que al fin y al cabo somos los gestores de nuestras aulas, que nuestra actitud y puesta en escena es muy importante y que nuestro alumnado tiene el derecho a ser escuchado y visto desde una mirada amorosa.
Para terminar la jornada se puso palabra a lo que deseamos para el próximo curso. En definitiva, a pesar del cansancio que conlleva un final de curso, no faltaron palabras como ilusión, coraje, avanzar, calma… Palabras necesarias para hacer de nuestro trabajo una tarea estimulante y necesaria.
Queremos acabar con esta frase de Jaume Cabré que dice así «La verdadera educación consiste en enseñar a los niños a construir su mundo interior».
¡Tenemos una tarea maravillosa en las manos!