El lema del curso 2019-2020 es “¡Vive, emociónate, aprende!” Tres acciones que no pueden disociarse y que íntimamente relacionadas. Tres palabras, a veces difíciles de experimentar con conciencia y de poner la atención que se merecen.

Vamos corriendo, deprisa, programados, llenando el tiempo de actividades, rodeados de ruidos, inmersos y asiduos a las redes sociales, esperando ser vistos por los demás y no nos permitimos vernos a nosotros mismos.

Los tres verbos del lema constituyen lo más importante de cada uno de nosotros: somos vida, somos emoción y somos aprendizaje.

Nos gustaría invitaros, a lo largo de todo este curso, a tomaros el pulso, a saber parar, a respirar, a saborear cada experiencia vivida, a disfrutar del momento presente, a aceptar sus aciertos y, cómo no, sus errores.

Cuando somos capaces y conscientes de vivir, percibimos y conectamos con nuestras emociones, unas veces más agradables y otras tal vez no tanto, aunque todas necesarias porque nos ayudan a crecer y saber estar en cada momento.

Decíamos al principio que estas tres acciones no se pueden disociar y es que todo aprendizaje ya de por sí es emocionante:

Esta emoción natural que, nosotros educadores, queremos potenciar desde la escuela para conseguir al mismo tiempo un espacio de bienestar, donde los niños y jóvenes puedan vivir en un entorno coherente y de apoyo a sus ganas de aprender y construir conocimiento.

Este curso os proponemos un viaje a estos sentimientos a partir de mujeres que, con su compromiso y su labor a lo largo de la historia han conseguido vivir, emocionar, aprender y, sobre todo, compartirlo y contagiarlo.

Apoyar a mujeres sin cobertura académica ni sanitaria fue una de las prioridades de las FHM desde su fundación, en 1856. Y lo sigue siendo hoy, con especial incidencia a través de los proyectos de su obra social como el internado de Padilla, la residencia universitaria para mujeres de Sucre o el colegio Toni Real Vicens en Trujillo. El objetivo: que puedan crecer, empoderarse y, de este modo, mejorar su sociedad.

Que este lema y esta propuesta nos lleve a la curiosidad y nos estimule el deseo de aprender; y que desde nuestras emociones podamos dar nombre a nuestras propias experiencias, el mundo y la vida.