Cada 8 de junio celebramos el Día Mundial de los Océanos, una oportunidad para valorar la riqueza del mar, sensibilizar a la población sobre el cuidado que merecen nuestros océanos y destacar la biodiversidad de especies que los habitan.
Con la creciente conciencia sobre los problemas medioambientales, cada vez más personas reconocen la necesidad de cuidar nuestros océanos como es debido. Sensibilizar a la población es fundamental para garantizar que las acciones individuales y colectivas se dirijan hacia la conservación y la sostenibilidad marina.
Desde el espíritu franciscano de nuestras escuelas, queremos hacer un llamado a esta sensibilización y a trabajar juntos para asegurar un futuro sostenible para nuestros mares y para las generaciones futuras.
El lema de este año, «Detente y Respira», es una invitación a tomar conciencia y actuar. Nos recuerda la importancia de detenernos a reflexionar sobre nuestro impacto en los océanos y la necesidad de adoptar prácticas más sostenibles. Es una llamada a todos, desde los individuos hasta las instituciones, a dar un paso atrás, evaluar nuestras acciones y tomar medidas concretas para proteger nuestros mares.
Este lema también nos recuerda que los océanos son esenciales para nuestra respiración, ya que producen más del 50% del oxígeno del planeta y absorben grandes cantidades de dióxido de carbono. Sin océanos saludables, la vida en la Tierra sería insostenible. Así que detenerse y respirar no es solo una metáfora, sino una realidad vital que debemos tener presente en nuestras decisiones diarias.
Recordemos que cada acción, por pequeña que sea, cuenta, y que todos tenemos un papel importante en la protección de los océanos.