Suave de modales y de habla, buena persona y paciente maestra de escuela, amó de verdad a cada uno de sus alumnos y alumnas, a los que supo transmitir conocimientos según su edad y capacidades.

Nació en Guardamar, Alicante, en 1935 y fue la hermana pequeña de cuatro hermanos. Estudió en la escuela de la Plaza Quadrado, donde la hermana Sor María Mulet fue una gran influencia en su educación y también como acompañante en el camino que la condujo a consagrarse para siempre como Franciscana Hija de la misericordia.

La escuela, terminados los estudios de Bachiller y magisterio, fue su pasión: enseñar, transmitir la fe, inculcar buenas maneras … Su era una pasión innata para enseñar. Era amable, persistente y también se hacía respetar. Su alumnado la recuerda con mucho cariño. Ejerció su misión educadora durante buena parte de su vida en Sa Pobla y sobre todo en Manacor, desde 1965 hasta 1999, la mayor parte de este tiempo como directora del centro.

Después de Manacor, Sor Francisca fue destinada a Mater, en la librería de la Casa de la Iglesia desde Casa Madre y, finalmente, a Virgen de la Esperanza donde ha vivido cuatro años.

Siempre con su dulzura de carácter y profunda vida interior, ha transmitido serenidad y confianza dando buen ejemplo por donde ha pasado.