Navidad: tiempo para quererte y amar.

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Hoy es Navidad, la fiesta que celebra la unión, el amor y la solidaridad. Es un momento para encontrarnos con nuestros seres queridos, un tiempo para compartir con la familia y centrarnos en lo que realmente es importante en nuestras vidas.

El nacimiento de Jesús es el corazón de esta celebración y nos recuerda que el amor y la unidad son los verdaderos regalos que podemos ofrecer. Su llegada al mundo nos enseña que lo más importante no son los bienes materiales ni las tradiciones superficiales, sino los lazos que construimos con nuestras familias y con los demás. La familia es un núcleo esencial, el lugar donde se forjan los valores de respeto, solidaridad, comprensión y amor; es la base sobre la que construimos nuestras relaciones y nuestras vidas.

Esta Navidad queremos destacar la importancia de compartir momentos con las personas que amamos, no solo en los días festivos, sino en todos los momentos del año. Hagamos una invitación a reflexionar sobre cómo podemos ofrecer nuestros mejores regalos: el tiempo, la atención y el amor incondicional que nuestras familias merecen. En un mundo a menudo marcado por el estrés y las distracciones, la Navidad nos invita a detenernos, mirarnos a los ojos y reforzar nuestros vínculos.

Es también una oportunidad para vivir y poner en práctica el lema que nos acompaña este curso: “Quiérete y ama.” Este mensaje nos recuerda que el amor comienza en nosotros mismos y que solo cuando aprendemos a valorarnos y cuidarnos podemos ofrecer lo mejor de nosotros a los demás.

Jesús, con su humilde nacimiento, nos enseña que la verdadera grandeza no reside en la riqueza material, sino en el amor que somos capaces de dar y recibir.

Que esta Navidad sea un tiempo para detenernos y valorar la belleza del amor que nos une como familia y como comunidad. Pongamos en práctica el lema “Quiérete y ama” y hagamos de la Navidad una celebración del amor que compartimos y que nos hace crecer juntos.

Celebremos este día con el corazón abierto, queriéndonos más a nosotros mismos y compartiendo el amor con todos los que nos rodean, llevando el espíritu de la Navidad más allá de esta fiesta y viviéndolo cada día del año.