La llegada radiante del Domingo de Ramos nos invita a reflexionar, revivir y conmemorar la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén. Esta jornada marca el inicio de una Semana Santa llena de simbolismo y es también una oportunidad para conectar con su verdadero significado.
La entrada en Jerusalén simboliza la esperanza que acompaña a Jesús mientras es recibido con palmas y ramas de olivo. Es un recordatorio de la humildad. El camino que Jesús recorre hacia Jerusalén nos recuerda la importancia de seguir los pasos de su mensaje, abrazando el camino de la comprensión, la paz y el amor; es esencial que dejemos de mirarnos a nosotros mismos.
La Semana Santa no solo es una conmemoración histórica, es una invitación a experimentar una transformación personal. Contemplar la mirada compasiva de Jesús nos impulsa a ampliar nuestra propia visión, a ver más allá de nuestros intereses y a abrazar con amor la humanidad en su diversidad, a ver sus necesidades y a responder con amor y generosidad.